La caída de los Habsburgo y la Guerra de Sucesión de la Corona Española (1701-1713)
Los
Habsburgo son una familia de origen Alsaciano, que reinó Austria
de 1279 a 1918, ocupó ininterrumpidamente el trono imperial de 1440
a 1806, En el siglo XI, Wegner I tomo el nombre del castillo que había
hecho construir en Argovia, el Habichtsburg, o “castillo de los Azores”,
en el obispado de Estrasburgo, junto a Aar, en las cercanias de Zurich,
sus herederos adquirieron el señorio de Lucerna, el Landgraviato
de alta Alsacia y el condado de Zurich.
Es preciso señalar que la familia Habsburgo penetró al
trono español con el hijo de Maximiliano I, su hijo, Felipe de Habsburgo
("El Hermoso") contrajo matrimonio con la hija de
los Reyes Católicos, Juana de Castilla (La Loca), de cuya unión
nacería el primero de los reyes de la casa de Austria que gobernaría
los destinos de España, Carlos I, el cual tomo su cargo en 1517.
También conocido como Carlos V en el Sacro Imperio Romano Germánico,
el cual heredó en 1519, debido a la muerte de su abuelo, Maximiliano
I.
Después de un largo reinado, abdicó
a favor de su hijo, Felipe II, el cual asumió el trono en 1566.
Este fue el rey mas poderoso de su tiempo, también al recibir de
herencia el reino de Portugal, por ser nieto por línea materna del
rey Manuel I de Portugal.
Después de su reinado
en 1598 asumió Felipe III, luego de el le sucedió Felipe
IV en 1621, el cual dejó su cargo en 1665 a favor de Carlos II.
Carlos II nació el 11 de noviembre de 1661,
hijo de Felipe IV y de Mariana de Austria, de una constitución física
extremadamente débil, a los 5 años apenas tenia fuerzas suficientes La entrada del Jesuita Evaraldo Nithard en el consejo, que aun siendo un virtuoso extranjero carecía del tacto político y capacidad de gobierno, y el creciente favor que logró del rey, produjo descontento en el pueblo, que fomentó Juan de Austria, Hijo natural de Felipe IV. El nombramiento de Nithard como inquisidor general colmó el disgusto de la población, incluso se pensó en desterrarlo de la corte, a lo que el propio Nithard al ver el peligro se anticipó, se exilio retirándose a Consuegra. Las circunstancias por las que atravesaba España eran realmente críticas. En guerra contra Portugal, teniendo que rechazar continuas invasiones de los Moros, el gobierno en manos de ambiciosos, avariciosos, intrigantes e incapaces de gobernar, mas aun Luis XIV de Francia invadía Flandes con una fuerza de 35000 hombres y en 2 meses se apoderó de casi todas las ciudades de importancia, mientras tanto se tuvo que negociar con Portugal la paz, y se vio en la necesidad de reconocer su independencia el 13 de febrero de 1668. El ejército de Luis XIV había hecho rapidísimos progresos, y en menos de 1 mes se apoderó del franco condado, a pesar de la triple alianza, con lo que España, junto con sus aliados, Holanda e Inglaterra se vieron obligadas a pedir la paz, firmándose el 2 de mayo de 1668, con lo cual restituía a Francia el franco condado, pero guardaba en su poder los Países Bajos. El rey, casi siempre enfermo, inspiraba grandes cuidados, hasta que en 1670 se llegó a temer por su vida, pero pudo salir adelante. Las guerras poco a poco iban consumiendo las energías del pueblo español, Luis XIV, que creía al pueblo hispano más debilitado de lo que en verdad estaba, no se daba punto de reposo, continuamente repasaba planes para dar la estocada mortal a una nación que el creía moribunda. Comenzó por declarar la Guerra a Holanda, en castigo por haberse aliado con España, esta campaña militar para el gobernante francés no fue muy exitosa, pues no obtuvo ninguna ventaja decisiva en Flandes, en la batalla de Senef fue rechazado, y perdió la batalla de Rosellion, hechos ocurridos durante 1674. |
Pero en Italia la región de Mesina volvió
al poder Español, posteriormente se firmó el tratado de Nimega
el 17 de septiembre de 1678, en la que España pagó sola las
consecuencias. No obstante la paz de Nimega dio paz y tranquilidad a los
españoles.
También la situación interna del
reino era pésima, se puede decir que el rey se dejo influenciar
por ciertos personajes no dignos de confianza, como Juan de Austria, al
cual el rey nombro Virrey de Aragón, y desde ahí influía
en todas las decisiones reales, que incluso permitió en destierro
de su madre a Toledo. Pero la muerte de Don Juan el 17 de septiembre de
1679 alivió la situación interna, se levanto el exilio de
la Reina, pero el rey como sus ministros se entregaban rápidamente
a los placeres y a la felicidad, en muchas provincias asolaba el hambre,
enfermedades, terremotos, mientras Corsarios y Piratas dominaban la costa
Americana, en tanto que Luis XIV se disponía a renovar la guerra,
apoderándose le Luxemburgo y Estrasburgo.
Después de una seria de acciones de parte
de Luis XIV en plena época de paz, Carlos II con una energía
impropia de su carácter le declara la guerra a Luis XIV el 26 de
octubre de 1683, que en realidad fue paupérrima para las fuerzas
españolas, con un ejercito Francés comandado por el General
Bellofond penetro rápidamente en Cataluña, sitiando Gerona,
la cual cayó a pesar de la heroica resistencia de su población.
Génova, aliada de España, fue bombardeada por la escuadra
francesa. Luxemburgo cayó en manos francesas y por fin se estipuló
una tregua que duraría 20 años, firmándose en Ratisbona
el 20 de julio de 1684.
Después de este período España
firmó una alianza, conocida como la liga de Augsburgo, con el emperador
de Alemania, las provincias unidas de Holanda, el rey de Suecia y algunos
principados Alemanes e Italianos, a lo que Luis envió una flota
a Cádiz, la ciudad tubo que pagar un rescate de de medio millón
de escudos para evitar ser bombardeada, España contestó de
forma enérgica, a pesar del estado de debilidad en la que se encontraba.
A lo largo de Francia, al saberse de esta alianza se organizaron 5 ejércitos
que fueron desplegados en el Rhin, en Flandes, a Rosellon, a Saboya y a
Moseia. En la primera batalla, Fleurus, el 1 de julio de 189, los aliados
tuvieron 6000 muertos y 7000 prisioneros, mientras que Francia tuvo 14000
bajas, entre muertos y heridos y 4000 prisioneros, en Cataluña,
los franceses se apoderaron de San Juan, Ripoli y otros puntos fortificados,
en Flandes se apoderaron de Mons y También vencieron en Saboya.
Si bien la situación económica para
España era lastimosa, también lo era para Francia, tras sucesivas
campañas bélicas y baja de masa productiva, por lo que Luis
XIV le ofreció la paz a Carlos II. Se habló de celebro la
paz con el duque de Saboya y se admitió la mediación del
rey de Suecia. Pero como España no aceptaba la paz, el monarca francés
se apodero de Barcelona y llevo la guerra a América, por lo que
el Rey Carlos II comprendió la inutilidad de su resistencia y firmó
la paz el 20 de septiembre de 1697 el tratado de Ryswick, entregando al
dominio español Barcelona varias otras provincias que habían
perdido en la guerra.
Durante su vida el rey Carlos II no dejó
descendencia con ninguna de sus 2 esposas, Maria Luisa de Orleáns
ni con Ana Maria de Newburgo, y debido a ello las cortes de Austria y Francia
pensaron en presentar candidatos a la sucesión real, en lo que se
convirtió en el máximo problema internacional de la Europa
finisecular.
Al principio habían 6 candidatos a la corona,
los que pronto por derechos de sangre quedaron reducidos a 3: Carlos de
Austria, José Leopoldo de Baviera y Felipe de Borbón , Duque
de Anjou; nieto de Luis XIV. Al principio las aspiraciones francesas eran
insignificantes, más aún después de las sucesivas
guerras y la muerte de Maria Luisa de Orleáns. En cambio los partidos
Bávaros y austríacos gozaban de gran popularidad e influencia,
y el propio rey parecía inclinarse ante alguna de estas opciones.
Pero una serie de hechos y maniobras de Luis XIV, en especial una negociación
con Guillermo III de Inglaterra y los estados generales de Holanda para
la repartición de España, enojaron a Carlos II, quien nombró
a José Leopoldo de Baviera como heredero. Pero la temprana muerte
de éste, el 8 de febrero de 1699 puso de nuevo en el tapete la tan
debatida cuestión.
Después de este trágico hecho, el
rey poseído de una enorme melancolía, no se preocupaba de
nada, y solo pensaba en sus continuas enfermedades en su muerte. En este
siglo de enormes supersticiones se corrió la voz de que el rey estaba
hechizado, la noticia que rondaba por el pueblo llego a oídos del
propio rey , por lo que el mismo consultó con el inquisidor general
Rocaberti. Éste se negó a ayudar a su superior, por lo que
el rey acordó con su confesor Fray Roldan Díaz para que le
ayudara con sus investigaciones estableciendo correspondencia con el Fray
Antonio Álvarez de Argüelles, Famoso exorcizador , tarea que
se le dio de exorcizar al monarca y expulsar a los demonios del desdichado
gobernante, el rey fue sometido a numerosas intervenciones que acabaron
de perturbar su frágil inteligencia, y durante los procesos los
demonios lanzaron graves acusaciones contra el partido francés.
Luis XIV con el fin de asegurarse suculentos territorios
celebró un nuevo tratado con Inglaterra y Holanda. Al enterarse
de esto, Carlos suspendió toda relación diplomática
con las potencias, coyuntura que aprovechó el partido austríaco
para tomar nuevos bríos. El monarca francés ante la eventualidad
de tener que hacer la guerra con España y Austria, mandó
a reforzar militarmente sus fronteras y potenció su escuadra, además
negocio con todas las cortes de Europa para tenerlas de su lado. Pero el
cardenal Portocarreño, que ejercía una gran influencia sobre
el rey, le convenció de formar una junta de Teólogos para
que decidiesen su sucesión, siendo la mayoría de los votos
para Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV, además de igual opinión
fue el Papa Inocencio II, pero el monarca todavía estaba indeciso.
La salud del rey decaía rápidamente
hasta que el 21 de septiembre de 1700 no fue capaz de levantarse de la
cama. 7 días mas tarde recibió la extremaunción, el
día siguiente, Portocarreño hizo salir a todos de la habitación
del monarca, al inquisidor general, a la reina y a los miembros del partido
austriaco y le expuso la necesidad de hacer su testamento y nombrar un
heredero, no obedeciendo a efectos personales, si no al bien de la nación,
por lo que el 29 de octubre de 1700 firmaba su ultimo decreto.
El rey murió el 1 de noviembre de 1700
a los 39 años de edad y a 35 de su reinado, después se procedió
a la apertura del testamento en que se designaba como sucesor a Felipe
de Anjou de la casa de Borbón. Este fue el final de toda una dinastía
que alcanzo su apogeo con Carlos I y se fue degenerando considerablemente
con Felipe III, hasta llegar al reinado de Carlos II, uno de los reinados
de mayor decadencia en la historia española, en donde las instituciones
mas vitales de la península habían perecido, las armas españolas
cambian perdido su poder, la población bajo hasta los 6 millones
de habitantes y las rentas no pasaban los 30 millones de reales, la industria
en ruinas, la literatura y las bellas artes se sintieron muy tocadas, ni
un militar, ni un político, ni un artista, nadie sobresalió
en este período.
En cuanto a Carlos, él no era malvado ni
falto de entendimiento para llorar los males de su gente, que los consideraba
como propios, pero la debilidad de su condición física y
sus continuos achaques hicieron decaer su espírito, llenándose
de timidez y quitándole el valor para resolver los problemas mas
mínimos. Con la muerte de Carlos se pone fin a la dominación
de la casa de los Habsburgo en la corona española.
Poco después entraba a territorio español
Felipe de Anjou, nuevo rey de España coronado como Felipe V, muy
famoso es el consejo que le dio su abuelo, “Sé un buen español,
pero no olvides tus orígenes”. Poco después la influencia
del monarca francés se hizo notar, intervino en la política
interna española, nombro y removió a ministros, intervino
formas de gobernar y costumbres tratando de borrar toda influencia de la
casa de los Austria en la vida española.
Felipe V, duque de Anjou, de la casa de los Borbon, sucedió a Carlos II en la monarquía española
Pero el resto de Europa no permaneció impasible
cuándo los temores de un gran bloque borbónico se hicieron
realidad. La llamada Gran Alianza de la Haya, (1701-1703) reunió
a Inglaterra, Holanda, Prusia, Portugal y Saboya, impugnaron el testamento
de Carlos II y dio origen a la guerra de sucesión española.
En el frente de las tropas aliadas se colocaron
dos competentes generales, el inglés Marlborugh y el austríaco
Eugenio de Saboya, ellos consiguieron derrotar en varias oportunidades
a las tropas francesas. Las batallas de Blenheim (1704) y Turín
(1705) significaron su evacuación de Alemania e Italia respectivamente.
Pero antes los austríacos comenzaron las hostilidades atacando los
dominios españoles en Italia, Y Felipe V se traslado hasta allí
para iniciar el contraataque, obteniendo las victorias de Santa Vittoria
y Luzaro.
En 1706 la batalla de Ramillies abrió a
la coalición las fronteras de la propia Francia, siguieron otros
2 hechos de armas que llevaron al monarca francés hacia una situación
desesperada, Oudenarde en 1708 y Malplaquet en 1709. Luego la situación
se agravó ese mismo año, la rendición de las plazas
francesas de Tournai y Mons llevo a Luis XIV al casi abandono de su nieto,
pese a lo cual Felipe V siguió el esfuerzo militar.
Imagen de la Batalla de Ramillies, en donde las tropas de la coalicion lideradas por el Ingles Marlborugh
y el austriaco Eugenio de Saboya dejan abiertas las puertas de Francia
En lo que respecta a España, este conflicto
tuvo características de guerra civil. Castilla, aunque con alguna
oposición, apoyó a Felipe V, mientras que Cataluña
y Valencia desde 1705, Mallorca y Aragón en 1706, temerosos del
centralismo borbónico, se declararon partidarios del archiduque
de Austria Carlos, el cual desembarcó en Barcelona, donde comenzó
a ejercer como monarca efectivo. Con estos hechos la nueva dinastía
borbónica, presionada entre Levante y Portugal, se vio en serias
dificultades, hasta el extremo en que Felipe V tuvo que salir de Madrid,
donde entró el pretendiente Carlos, el cual fue proclamado Carlos
III, muy mal recibido por el pueblo madrileño. Las tropas aliadas
tuvieron que retirarse hasta Valencia y Murcia , conquistaran en estos
años definitivamente Gibraltar y algunas plazas de Baleares, entre
ellas Menoría. Felipe, gracias a la lealtad de Castilla pudo salvar
la situación.
Sin embargo algunos hechos posteriores lograban
cambiar la suerte para los Borbones. En España Felipe V lograba
derrotar a las tropas Austríacas en Brihuelga y Villaviciosa en
1710, a pesar del revés de Almenara, que llevaron a las tropas españolas
camino a Cataluña. También el fallecimiento del emperador
José I de Austria hacía recaer el trono en Carlos, aspirante
al trono español. Inglaterra también perdía empuje
debido a la disconformidad con las tácticas de Marlborough, mientras
tanto los ejércitos franceses infringían a Eugenio de Saboya
una derrota en los campos de Denian en 1712. Esto sucedía mientras
se habían iniciado las conversaciones de paz.
El 11 de Abril de 1713, Francia firmó en
Utrecht una serie de convenios con Gran Bretaña, Portugal, las provincias
unidas, Saboya y Prusia, España lo hizo en los meses siguientes.
De manera unilateral Austria continuó la guerra, pero el agotamiento
económico y militar le hizo zanjar sus diferencias con los borbones
el 6 de marzo de 1714 en Rastadt. El conjunto de pactos, concluídos
según los principios de inspiración inglesa, iban a traducirse
en la hegemonía de Gran Bretaña. El hecho real de esta Hegemonía
es más claro en las líneas generales que en las numerosísimas
cláusulas de los acuerdos, que constituyen su fundamento jurídico
internacional. Gran Bretaña recibió Gibraltar y Menorca,
bastiones mediterráneos del control de las comunicaciones marítimas,
y obtuvo importantes ventajas territoriales en América. Nueva Escocia,
la Bahía de Hudson, Terranova y la isla de San Cristóbal
pasaron a formar parte de sus posesiones. Por otro lado, aunque no lo consiguió
de derecho, compartió el monopolio del comercio americano con España,
que era su aspiración. De hecho introdujo en América una
presencia comercial destacada, se le otorgó el asiento de negros,
en un principio limitado por 30 años y al Rio de la Plata, y se
le concedió el “navío de permiso”, un barco que anualmente
podía introducir 300 toneladas de productos ingleses en territorio
americano.
Dentro de las cláusulas que afectaron a
España está el reconocimiento de Felipe V como monarca Español,
pero a cambio debió ceder todas sus posesiones europeas, y limitar
su control a la península y a América.
Tuvo que ceder Flandes,
Nápoles y Cerdeña a Austria, y Sicilia a Saboya.
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