miércoles, 31 de julio de 2013

Documento de Estudio 8°: Los Habsburgo y la Cornoa Europea

La caída de los Habsburgo y la Guerra de Sucesión de la Corona Española (1701-1713)

Por: Álvaro Mora Pardo / Velocirraptor
 
Los Habsburgo son una familia de origen Alsaciano, que reinó Austria de 1279 a 1918, ocupó ininterrumpidamente el trono imperial de 1440 a 1806, En el siglo XI, Wegner I tomo el nombre del castillo que había hecho construir en Argovia, el Habichtsburg, o “castillo de los Azores”, en el obispado de Estrasburgo, junto a Aar, en las cercanias de Zurich, sus herederos adquirieron el señorio de Lucerna, el Landgraviato de alta Alsacia y el condado de Zurich.
Es preciso señalar que la familia Habsburgo penetró al trono español con el hijo de Maximiliano I, su hijo, Felipe de Habsburgo ("El Hermoso") contrajo matrimonio con la hija de los Reyes Católicos, Juana de Castilla (La Loca), de cuya unión nacería el primero de los reyes de la casa de Austria que gobernaría los destinos de España, Carlos I, el cual tomo su cargo en 1517. También conocido como Carlos V en el Sacro Imperio Romano Germánico, el cual heredó en 1519, debido a la muerte de su abuelo, Maximiliano I.
Después de un largo reinado, abdicó a favor de su hijo, Felipe II, el cual asumió el trono en 1566. Este fue el rey mas poderoso de su tiempo, también al recibir de herencia el reino de Portugal, por ser nieto por línea materna del rey Manuel I de Portugal.
 Después de su reinado en 1598 asumió Felipe III, luego de el le sucedió Felipe IV en 1621, el cual dejó su cargo en 1665 a favor de Carlos II. Carlos II nació el 11 de noviembre de 1661, hijo de Felipe IV y de Mariana de Austria, de una constitución física extremadamente débil, a los 5 años apenas tenia fuerzas suficientes Rey Luis XIV de Franciapara mantenerse en pie, pero a los 4 años de edad heredó la corona española, debido a la muerte de su padre, pero fue Mariana la que gobernó España mientras Carlos II cumplía su mayoría de edad. Los primeros tiempos de su regencia no hacían suponer los desgraciados hechos que estaban por venir.
La entrada del Jesuita Evaraldo Nithard en el consejo, que aun siendo un virtuoso extranjero carecía del tacto político y capacidad de gobierno, y el creciente favor que logró del rey, produjo descontento en el pueblo, que fomentó Juan de Austria, Hijo natural de Felipe IV. El nombramiento de Nithard como inquisidor general colmó el disgusto de la población, incluso se pensó en desterrarlo de la corte, a lo que el propio Nithard al ver el peligro se anticipó, se exilio retirándose a Consuegra.
Las circunstancias por las que atravesaba España eran realmente críticas. En guerra contra Portugal, teniendo que rechazar continuas invasiones de los Moros, el gobierno en manos de ambiciosos, avariciosos, intrigantes e incapaces de gobernar, mas aun Luis XIV de Francia invadía Flandes con una fuerza de 35000 hombres y en 2 meses se apoderó de casi todas las ciudades de importancia, mientras tanto se tuvo que negociar con Portugal la paz, y se vio en la necesidad de reconocer su independencia el 13 de febrero de 1668.
El ejército de Luis XIV había hecho rapidísimos progresos, y en menos de 1 mes se apoderó del franco condado, a pesar de la triple alianza, con lo que España, junto con sus aliados, Holanda e Inglaterra se vieron obligadas a pedir la paz, firmándose el 2 de mayo de 1668, con lo cual restituía a Francia el franco condado, pero guardaba en su poder los Países Bajos.
El rey, casi siempre enfermo, inspiraba grandes cuidados, hasta que en 1670 se llegó a temer por su vida, pero pudo salir adelante. Las guerras poco a poco iban consumiendo las energías del pueblo español, Luis XIV, que creía al pueblo hispano más debilitado de lo que en verdad estaba, no se daba punto de reposo, continuamente repasaba planes para dar la estocada mortal a una nación que el creía moribunda. Comenzó por declarar la Guerra a Holanda, en castigo por haberse aliado con España, esta campaña militar para el gobernante francés no fue muy exitosa, pues no obtuvo ninguna ventaja decisiva en Flandes, en la batalla de Senef fue rechazado, y perdió la batalla de Rosellion, hechos ocurridos durante 1674.
Aun así, Luis XIV seguía con los ojos puestos en España y la región de Cataluña fue el escenario de sangrientos combates. Podemos destacar el sitio infructuoso de Gerona y tomas de Figueras y Puigcerdas, a pesar del heroísmo de los Migueletes, así como los Países Bajos en donde se perdieron una seria de plazas entre ellas Valenciennes y Gante.
Pero en Italia la región de Mesina volvió al poder Español, posteriormente se firmó el tratado de Nimega el 17 de septiembre de 1678, en la que España pagó sola las consecuencias. No obstante la paz de Nimega dio paz y tranquilidad a los españoles.
También la situación interna del reino era pésima, se puede decir que el rey se dejo influenciar por ciertos personajes no dignos de confianza, como Juan de Austria, al cual el rey nombro Virrey de Aragón, y desde ahí influía en todas las decisiones reales, que incluso permitió en destierro de su madre a Toledo. Pero la muerte de Don Juan el 17 de septiembre de 1679 alivió la situación interna, se levanto el exilio de la Reina, pero el rey como sus ministros se entregaban rápidamente a los placeres y a la felicidad, en muchas provincias asolaba el hambre, enfermedades, terremotos, mientras Corsarios y Piratas dominaban la costa Americana, en tanto que Luis XIV se disponía a renovar la guerra, apoderándose le Luxemburgo y Estrasburgo.
Después de una seria de acciones de parte de Luis XIV en plena época de paz, Carlos II con una energía impropia de su carácter le declara la guerra a Luis XIV el 26 de octubre de 1683, que en realidad fue paupérrima para las fuerzas españolas, con un ejercito Francés comandado por el General Bellofond penetro rápidamente en Cataluña, sitiando Gerona, la cual cayó a pesar de la heroica resistencia de su población. Génova, aliada de España, fue bombardeada por la escuadra francesa. Luxemburgo cayó en manos francesas y por fin se estipuló una tregua que duraría 20 años, firmándose en Ratisbona el 20 de julio de 1684.
Después de este período España firmó una alianza, conocida como la liga de Augsburgo, con el emperador de Alemania, las provincias unidas de Holanda, el rey de Suecia y algunos principados Alemanes e Italianos, a lo que Luis envió una flota a Cádiz, la ciudad tubo que pagar un rescate de de medio millón de escudos para evitar ser bombardeada, España contestó de forma enérgica, a pesar del estado de debilidad en la que se encontraba. A lo largo de Francia, al saberse de esta alianza se organizaron 5 ejércitos que fueron desplegados en el Rhin, en Flandes, a Rosellon, a Saboya y a Moseia. En la primera batalla, Fleurus, el 1 de julio de 189, los aliados tuvieron 6000 muertos y 7000 prisioneros, mientras que Francia tuvo 14000 bajas, entre muertos y heridos y 4000 prisioneros, en Cataluña, los franceses se apoderaron de San Juan, Ripoli y otros puntos fortificados, en Flandes se apoderaron de Mons y También vencieron en Saboya.
Si bien la situación económica para España era lastimosa, también lo era para Francia, tras sucesivas campañas bélicas y baja de masa productiva, por lo que Luis XIV le ofreció la paz a Carlos II. Se habló de celebro la paz con el duque de Saboya y se admitió la mediación del rey de Suecia. Pero como España no aceptaba la paz, el monarca francés se apodero de Barcelona y llevo la guerra a América, por lo que el Rey Carlos II comprendió la inutilidad de su resistencia y firmó la paz el 20 de septiembre de 1697 el tratado de Ryswick, entregando al dominio español Barcelona varias otras provincias que habían perdido en la guerra.
Durante su vida el rey Carlos II no dejó descendencia con ninguna de sus 2 esposas, Maria Luisa de Orleáns ni con Ana Maria de Newburgo, y debido a ello las cortes de Austria y Francia pensaron en presentar candidatos a la sucesión real, en lo que se convirtió en el máximo problema internacional de la Europa finisecular.
Al principio habían 6 candidatos a la corona, los que pronto por derechos de sangre quedaron reducidos a 3: Carlos de Austria, José Leopoldo de Baviera y Felipe de Borbón , Duque de Anjou; nieto de Luis XIV. Al principio las aspiraciones francesas eran insignificantes, más aún después de las sucesivas guerras y la muerte de Maria Luisa de Orleáns. En cambio los partidos Bávaros y austríacos gozaban de gran popularidad e influencia, y el propio rey parecía inclinarse ante alguna de estas opciones. Pero una serie de hechos y maniobras de Luis XIV, en especial una negociación con Guillermo III de Inglaterra y los estados generales de Holanda para la repartición de España, enojaron a Carlos II, quien nombró a José Leopoldo de Baviera como heredero. Pero la temprana muerte de éste, el 8 de febrero de 1699 puso de nuevo en el tapete la tan debatida cuestión.
Después de este trágico hecho, el rey poseído de una enorme melancolía, no se preocupaba de nada, y solo pensaba en sus continuas enfermedades en su muerte. En este siglo de enormes supersticiones se corrió la voz de que el rey estaba hechizado, la noticia que rondaba por el pueblo llego a oídos del propio rey , por lo que el mismo consultó con el inquisidor general Rocaberti. Éste se negó a ayudar a su superior, por lo que el rey acordó con su confesor Fray Roldan Díaz para que le ayudara con sus investigaciones estableciendo correspondencia con el Fray Antonio Álvarez de Argüelles, Famoso exorcizador , tarea que se le dio de exorcizar al monarca y expulsar a los demonios del desdichado gobernante, el rey fue sometido a numerosas intervenciones que acabaron de perturbar su frágil inteligencia, y durante los procesos los demonios lanzaron graves acusaciones contra el partido francés.
Luis XIV con el fin de asegurarse suculentos territorios celebró un nuevo tratado con Inglaterra y Holanda. Al enterarse de esto, Carlos suspendió toda relación diplomática con las potencias, coyuntura que aprovechó el partido austríaco para tomar nuevos bríos. El monarca francés ante la eventualidad de tener que hacer la guerra con España y Austria, mandó a reforzar militarmente sus fronteras y potenció su escuadra, además negocio con todas las cortes de Europa para tenerlas de su lado. Pero el cardenal Portocarreño, que ejercía una gran influencia sobre el rey, le convenció de formar una junta de Teólogos para que decidiesen su sucesión, siendo la mayoría de los votos para Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV, además de igual opinión fue el Papa Inocencio II, pero el monarca todavía estaba indeciso.
La salud del rey decaía rápidamente hasta que el 21 de septiembre de 1700 no fue capaz de levantarse de la cama. 7 días mas tarde recibió la extremaunción, el día siguiente, Portocarreño hizo salir a todos de la habitación del monarca, al inquisidor general, a la reina y a los miembros del partido austriaco y le expuso la necesidad de hacer su testamento y nombrar un heredero, no obedeciendo a efectos personales, si no al bien de la nación, por lo que el 29 de octubre de 1700 firmaba su ultimo decreto.
El rey murió el 1 de noviembre de 1700 a los 39 años de edad y a 35 de su reinado, después se procedió a la apertura del testamento en que se designaba como sucesor a Felipe de Anjou de la casa de Borbón. Este fue el final de toda una dinastía que alcanzo su apogeo con Carlos I y se fue degenerando considerablemente con Felipe III, hasta llegar al reinado de Carlos II, uno de los reinados de mayor decadencia en la historia española, en donde las instituciones mas vitales de la península habían perecido, las armas españolas cambian perdido su poder, la población bajo hasta los 6 millones de habitantes y las rentas no pasaban los 30 millones de reales, la industria en ruinas, la literatura y las bellas artes se sintieron muy tocadas, ni un militar, ni un político, ni un artista, nadie sobresalió en este período.
En cuanto a Carlos, él no era malvado ni falto de entendimiento para llorar los males de su gente, que los consideraba como propios, pero la debilidad de su condición física y sus continuos achaques hicieron decaer su espírito, llenándose de timidez y quitándole el valor para resolver los problemas mas mínimos. Con la muerte de Carlos se pone fin a la dominación de la casa de los Habsburgo en la corona española.
Poco después entraba a territorio español Felipe de Anjou, nuevo rey de España coronado como Felipe V, muy famoso es el consejo que le dio su abuelo, “Sé un buen español, pero no olvides tus orígenes”. Poco después la influencia del monarca francés se hizo notar, intervino en la política interna española, nombro y removió a ministros, intervino formas de gobernar y costumbres tratando de borrar toda influencia de la casa de los Austria en la vida española.
Guerra de Sucesion y caida de los Habsburgo
Felipe V, duque de Anjou, de la casa de los Borbon, sucedió a Carlos II en la monarquía española
Pero el resto de Europa no permaneció impasible cuándo los temores de un gran bloque borbónico se hicieron realidad. La llamada Gran Alianza de la Haya, (1701-1703) reunió a Inglaterra, Holanda, Prusia, Portugal y Saboya, impugnaron el testamento de Carlos II y dio origen a la guerra de sucesión española.
En el frente de las tropas aliadas se colocaron dos competentes generales, el inglés Marlborugh y el austríaco Eugenio de Saboya, ellos consiguieron derrotar en varias oportunidades a las tropas francesas. Las batallas de Blenheim (1704) y Turín (1705) significaron su evacuación de Alemania e Italia respectivamente. Pero antes los austríacos comenzaron las hostilidades atacando los dominios españoles en Italia, Y Felipe V se traslado hasta allí para iniciar el contraataque, obteniendo las victorias de Santa Vittoria y Luzaro.
En 1706 la batalla de Ramillies abrió a la coalición las fronteras de la propia Francia, siguieron otros 2 hechos de armas que llevaron al monarca francés hacia una situación desesperada, Oudenarde en 1708 y Malplaquet en 1709. Luego la situación se agravó ese mismo año, la rendición de las plazas francesas de Tournai y Mons llevo a Luis XIV al casi abandono de su nieto, pese a lo cual Felipe V siguió el esfuerzo militar.
Guerra de Sucesion y caida de los Habsburgo
Imagen de la Batalla de Ramillies, en donde las tropas de la coalicion lideradas por el Ingles Marlborugh
y el austriaco Eugenio de Saboya dejan abiertas las puertas de Francia
En lo que respecta a España, este conflicto tuvo características de guerra civil. Castilla, aunque con alguna oposición, apoyó a Felipe V, mientras que Cataluña y Valencia desde 1705, Mallorca y Aragón en 1706, temerosos del centralismo borbónico, se declararon partidarios del archiduque de Austria Carlos, el cual desembarcó en Barcelona, donde comenzó a ejercer como monarca efectivo. Con estos hechos la nueva dinastía borbónica, presionada entre Levante y Portugal, se vio en serias dificultades, hasta el extremo en que Felipe V tuvo que salir de Madrid, donde entró el pretendiente Carlos, el cual fue proclamado Carlos III, muy mal recibido por el pueblo madrileño. Las tropas aliadas tuvieron que retirarse hasta Valencia y Murcia , conquistaran en estos años definitivamente Gibraltar y algunas plazas de Baleares, entre ellas Menoría. Felipe, gracias a la lealtad de Castilla pudo salvar la situación.
Sin embargo algunos hechos posteriores lograban cambiar la suerte para los Borbones. En España Felipe V lograba derrotar a las tropas Austríacas en Brihuelga y Villaviciosa en 1710, a pesar del revés de Almenara, que llevaron a las tropas españolas camino a Cataluña. También el fallecimiento del emperador José I de Austria hacía recaer el trono en Carlos, aspirante al trono español. Inglaterra también perdía empuje debido a la disconformidad con las tácticas de Marlborough, mientras tanto los ejércitos franceses infringían a Eugenio de Saboya una derrota en los campos de Denian en 1712. Esto sucedía mientras se habían iniciado las conversaciones de paz.
El 11 de Abril de 1713, Francia firmó en Utrecht una serie de convenios con Gran Bretaña, Portugal, las provincias unidas, Saboya y Prusia, España lo hizo en los meses siguientes. De manera unilateral Austria continuó la guerra, pero el agotamiento económico y militar le hizo zanjar sus diferencias con los borbones el 6 de marzo de 1714 en Rastadt. El conjunto de pactos, concluídos según los principios de inspiración inglesa, iban a traducirse en la hegemonía de Gran Bretaña. El hecho real de esta Hegemonía es más claro en las líneas generales que en las numerosísimas cláusulas de los acuerdos, que constituyen su fundamento jurídico internacional. Gran Bretaña recibió Gibraltar y Menorca, bastiones mediterráneos del control de las comunicaciones marítimas, y obtuvo importantes ventajas territoriales en América. Nueva Escocia, la Bahía de Hudson, Terranova y la isla de San Cristóbal pasaron a formar parte de sus posesiones. Por otro lado, aunque no lo consiguió de derecho, compartió el monopolio del comercio americano con España, que era su aspiración. De hecho introdujo en América una presencia comercial destacada, se le otorgó el asiento de negros, en un principio limitado por 30 años y al Rio de la Plata, y se le concedió el “navío de permiso”, un barco que anualmente podía introducir 300 toneladas de productos ingleses en territorio americano.
Dentro de las cláusulas que afectaron a España está el reconocimiento de Felipe V como monarca Español, pero a cambio debió ceder todas sus posesiones europeas, y limitar su control a la península y a América.
 
Tuvo que ceder Flandes, Nápoles y Cerdeña a Austria, y Sicilia a Saboya.